LA ARQUITECTURA DE LOS ESCENARIOS

Por: Miriam Cantera González

Se denomina escenografía tanto al arte y técnica de diseño y decoración de espacios escénicos, como al conjunto resultante de elementos visuales que constituyen de forma realista, ideal o simbólica el lugar en el que se desarrolla una acción y que conforman una producción escénica o escenificación.


El escenógrafo es un artista y creador plástico que posee unas capacidades y herramientas técnicas y artísticas muy precisas para desarrollar proyectos escénicos (ópera, danza, circo, teatro y artes en vivo en general) complejos. Es un pensador y comunicador de imágenes que utiliza el lenguaje plástico y visual para la composición del espacio dentro del ámbito dramático.

El cine es, desde sus orígenes, un espectáculo de magia. Para que exista esta magia, cientos de personas deben convencer al espectador de que lo que está viendo en las pantallas es real. A través de una historia que se remonta hasta Mélies y Caligari, pasando por James Cameron y Oz, Enrique Posada describe la magia detrás de la escenografía en el cine, los artistas encargados de transportarnos no sólo a otros periodos y latitudes, sino a mundos que sólo la imaginación es capaz de alcanzar




La combinación entre arquitectura y cine, posiblemente para muchos no parezca tan atractiva, pero resulta una experiencia satisfactoria, siempre que se aprecie la película correcta. Estas dos disciplinas siempre han estado ligadas. La relación entre la arquitectura y el cine es más estrecha de lo que podemos imaginar, es claro que cuando observamos cualquier película nos quedamos con ciertas imágenes guardadas en la mente, ya sea porque la escena nos impactó o porque el entorno físico nos pareció fabuloso. Es ahí donde radica la importancia de la arquitectura dentro del cine.


Vale la pena mencionar algunos temas básicos para aproximarse al asunto de la escenografía en el cine. Se trata de uno de los elementos más importantes en la elaboración de una película y en general debe estar preparada previamente al rodaje de las escenas. Hablamos de asuntos tales como los lugares en los cuales se va llevar a cabo la filmación, los decorados artísticos o artesanales y los escenarios, el vestuario, la iluminación, el maquillaje y los peinados. Detrás de todos estos esfuerzos hay un gran conjunto de personas, de las que con dificultad nos enteramos en la larga lista de créditos que se ven desfilar al terminar la presentación.

Realizar los montajes y diseños requiere de una gran maestría y capacidad tanto organizativa como conceptual. Se está a las puertas un arte que puede ser notado, o no, por el espectador, debido a la fugacidad misma de las escenas, que en general apenas permite una observación puntual de la miríada de detalles y de esfuerzos involucrados. Al contrario, queda en el ojo el conjunto matizado, adornado y realzado por la escenografía, que se convierte en el ambiente de la cinta. Por otra parte, el espectador cinematográfico, a diferencia del espectador de las artes plásticas, tales como la pintura o la escultura, está condicionado por los movimientos y las intenciones de la cámara. De cierta manera, es llevado de la mano en su contemplación por las intenciones de otro. Apreciar estos aspectos artísticos requiere una cierta disposición, una actitud de búsqueda, una apertura hacia la sorpresa, la belleza y el encantamiento.



El director artístico es, en general, el máximo responsable de la escenografía. Tendrá que emplear elementos de planeación, a modo de guión técnico, y mantener acuerdos con el director de la película para que se creen los ambientes deseados de una manera dinámica, en tiempo real, a partir de los efectos de la iluminación y del impacto que todo ello tiene sobre la fotografía y el rodaje.

Además del director de arte, intervienen muchas otras personas encargadas de la decoración y de las artes escénicas, y apoyadas por carpinteros, constructores y pintores. Hay que pensar también en la utilería (o atrezo), todo el conjunto de objetos y enseres que aparecen en escena, algunos aportando pequeños detalles, puestos, muchas veces, con toda la intención de crear impactos, y otras veces, para dar realismo y sentido a la historia, como los muebles, los cuadros, los libros, las banderas y la decoración de los ambientes.

La localización es el espacio en el cual ocurren las historias que se narran. En muchas ocasiones se trata de ambientes naturales, exteriores o interiores. En este caso, la calidad del arte visual logrado va a depender en buena medida de las capacidades fotográficas, de la iluminación y de la actuación misma, motivadas o no por el director, quien se convierte de alguna forma en el artista central de las escenas. La escenografía puede dar un nuevo sentido a los ambientes.

Y también sucede en las escenografías que se utilizan para grabar videos musicales, se arman escenarios, se buscan locaciones, solo para poder hacer un video de 3 a 5 minutos máximo.


LA CASA DEL LAGO

Un ejemplo claro de esto es: La casa en el lago de la pelicula The Lake House del 2006

La Casa del Lago, es una interesante película quizá no tanto del punto de vista de la forma en que fue realizada, sino más bien por la temática; un arquitecto que llega a ser famoso y reconocido, dos hijos de la misma profesión que tratan de desarrollar sus carreras en campos totalmente distintos y varios detalles “domésticos” de la vida de los arquitectos. Además de mostrar el valor y significado de una construcción para quienes la habitan en distintos momentos en el tiempo.

Una casa acristalada situada a la orilla de un lago es la protagonista de este largometraje en el que la doctora Kate Forster (Sandra Bullock) y el arquitecto Alex Wyler (Keanu Reeves) sufren los sinsabores de un amor a priori castigado por un desfase temporal caprichoso. Y es que Kate y Alex comparten residencia – la maravillosa casa del lago que da nombre a la película -, pero en dos espacios temporales distintos: Alex vive en la casa en el año 2006 y Kate en el año 2004. Sin embargo, ambos descubren que pueden comunicarse y superar la falta de sintonía temporal en la que viven a través del buzón postal que se ubica en la entrada de la vivienda en la que ambos habitan.



La película es un remake del film Il Mare (Lee Hyun-seung, 2000), un largometraje surcoreano en el que una casa a orillas del mar permite que dos personas separadas temporalmente se comuniquen a través de un buzón mágico. En esta obra original, sin embargo, el protagonista masculino (Sung-hyun) es un estudiante de arquitectura que vive en el año 1997, mientras que ella (Eun-joo) vive en el año 1999. Cuando ambos descubren que a través del buzón de la casa que comparten – aunque no físicamente – no sólo es posible intercambiar correspondencia sino también objetos y criaturas, inician una relación de consecuencias no imaginadas.

Para el remake norteamericano de 2006, la vivienda a orillas del mar fue sustituida por una singular casa construida ad-hoc para la película. En la ficción, la vivienda fue proyectada por el padre de Alex, Simon Wyler, un famoso arquitecto obsesionado con su trabajo, que diseñó y construyó con sus propias manos la casa del lago como regalo para su mujer. Allí vivieron hasta que la fama del arquitecto lo alejó de su familia. El distanciamiento entre padre e hijo tiene raíces en este distanciamiento del pasado y se hace evidente en las palabras de Álex – nuevo propietario de la casa que una vez perteneció a su propia familia y en la que vivió de niño – cuando, abrumado por la falta de intimidad que provocan sus fachadas acristaladas y su falta de verdadera conexión con el paisaje circundante mantiene:

“Aquí estás como en una caja, una caja de cristal donde ves todo lo que te rodea, pero no puedes tocarlo. No hay conexión entre tú y lo que estás mirando… Contención y control, esta casa habla de propiedad, no de conexión. Verás, es bonita y seductora pero está incompleta, igual que él” – le dice Alex a su hermano, también arquitecto, refiriéndose a su padre cuando su hermano lo visita en la casa del lago. – “Papá construyó una casa, no un hogar”.
Parte de la singularidad de esta vivienda radica en la organización de los distintos espacios domésticos alrededor de un patio central en el que se ubica un silencioso árbol: un arce de hojas palmeadas de naturaleza caduca que refleja el paso de las estaciones mostrando la elegancia de sus ramas desnudas o coloreando el corazón de la casa con su maravilloso follaje rojizo. Una muestra perfecta de serenidad y romanticismo en estado puro.

Para el rodaje, la localización y distribución de esta casa se tornaba crucial, ya que casi la mitad de la trama de la película se desarrollaba en torno a ella, bien en sus espacios interiores o en relación con el buzón postal que se ubicaba en su entrada. Tras la ardua búsqueda de localizaciones de viviendas situadas en lagos en Wisconsin, Michigan, Illinois o Indiana, finalmente el equipo de producción se decidió por el Maple Lake en Willow Springs, Illinois.

Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que para contar la historia que deseaban necesitaban construir su propia Casa del Lago. La productora de la película consiguió entonces los permisos para la construcción de esta casa en la ribera del Maple Lake, con la condición de que al término de ésta, todo fuera retirado y el lugar quedara en las mismas condiciones previas al desembarco del equipo técnico del film. El arquitecto británico Nathan Crowley fue el encargado de diseñar la vivienda en el año 2004. Crowley ya había trabajado previamente como set designer para otros films como Hook, Drácula de Bram Stoker, Braveheart o Batman Begins, entre otros.



El arquitecto y su equipo concibieron la casa en tan solo dos semanas, construyéndola en otras siete con un total de casi cien operarios entre los que se encontraban carpinteros, pintores y soldadores. La urgencia de iniciar el rodaje apremiaba. En cualquier caso, la construcción de la vivienda no fue sencilla: fue necesario drenar parte del terreno cerca del lago con el objetivo de facilitar la cimentación y el montaje de su estructura de acero.

Pese a lo urgente de su proyección y construcción, la vivienda es rica en referencias. A pesar de que en la película, Álex, su hermano y su padre nombran a Frank Lloyd Wright, Le Corbusier – estos dos relacionándolos con la arquitectura de la propia Casa del Lago – o a Richard Meier y el MACBA de Barcelona en sus conversaciones, la arquitectura de esta vivienda tiene otros claros referentes.



Por un lado, sus fachadas acristaladas recuerdan a algunas Case Study Houses como las propuestas por Pierre Koenig. Por otro lado, la falta de intimidad que provocan la totalidad de sus frentes acristalados también parece evocar a la Casa Farnsworth (1945-1951) de Mies van der Rohe, igualmente situada en un terreno bastante singular y proclive al estancamiento de agua. Sin embargo, otros elementos de la vivienda, como su esbelta estructura y su carpintería metálica vistas – en este caso, lacada además en un elegante verde azulado – recuerdan a las construcciones del siglo XIX realizadas en acero y cristal, como las propuestas de invernaderos del inglés Joseph Paxton (1803-1865), entre otros.

La Casa del Lago fue demolida al término del rodaje de la película, corriendo la misma suerte que otras maravillosas viviendas cinematográficas que, sin embargo, siempre mantendremos en nuestro recuerdo como parte de la Historia de la arquitectura del séptimo arte. Su duración fue limitada, organizada por la planificación de apretados tiempos de producción y rodaje. Supo de su pronta demolición antes de ser construida y, sin embargo, este fatal destino no le restó brillantez.
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